jueves, 5 de agosto de 2010


El boom del folklore también permitió la difusión masiva de músicos y cantantes que en muchos casos ya venían actuando en la escena de la música nativa desde varios años antes, como los virtuosos guitarristas Abel Fleury (Estilo pampeano) y Eduardo Falú (Zamba de la Candelaria, La nochera), la cantante Margarita Palacios (Recuerdo de mis valles), el bandoneonista Payo Solá (La marrupeña), el violinista Sixto Palavecino (La ñaupa ñaupa), Rodolfo Polo Giménez (Paisaje de Catamarca, Del tiempo i’mama), Atuto Mercau Soria y Ariel Ramírez, entre muchos otros. Éste último en 1964 grabaría con Los Fronterizos una de las obras culminantes de la música argentina, la Misa Criolla

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